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lunes, 23 de mayo de 2011

dual

Ayer mientras paseaba por un bosquecito cerca de mi casa, con mi perra, tuve una revelación. No, no fue que me hablaron los extraterrestres, ni dios ni na virgen ni nada por el estilo... lo que entendí fue el mecanismo mental que me ha llevado a la depresión. La mala noticia es que es muy complejo y tiene unas raíces muy profundas.  La verdad es que era muy obvio lo que me pasaba, pero como siempre, es típico que uno no puede ver las cosas que tiene enfrente porque están demasiado cerca como para verlas.

La verdad más honesta que puedo compartir es que estoy disociada. Mi relación con la realidad está enferma, porque he vivido demasiado tiempo en el infierno. Y me he inventado una vida paralela para poder sobrevivir. Y aveces no puedo distinguir cuál de las dos es la verdadera, o digamos, no me interesa distinguirlo. Porque soy feliz en la realidad falsa, en la que me inventé.

Y mi mente ya no dió para más. Se le agotaron los recursos para seguir inventando razones para seguir inventando felicidades paralelas. Se perdió, la pobre.

Mi mente está absolutamente convencida de que la realidad es un infierno. Y por más que mi realidad cambie, mi mente no lo entiende, o no lo acepta. No porque no quiera, sino porque no puede. No puede ver, no puede escuchar otra cosa que no sea el submundo. Ni quiere soltar el submundo. Cualquier cosa fuera de ahí me causa pánico. Porque el infierno era real demasiadas veces. Porque la realidad es un infierno demasiadas veces. Y el mundo no es que ayuda mucho a cambiar esa percepción.

Y no conozco a nadie que desee vivir en el el infierno voluntariamente.

La única manera que existe, para quedarse en el infierno, es estar disociado, como yo. Y tener una vida oculta, una vida paralela que es todo lo contrario a la realidad.

Y, honestamente, yo no sé en cual de las dos realidades, prefiero estar...

jueves, 19 de mayo de 2011

anormal

Gafísima que soy.

De repente mi entusiasmo se despierta y me pongo florecita e infantil.

Por que no puedo vivir como toda la gente normal? por que tengo que ser tan anormal?

Se avecina un día solitario. Un día para aferrarme a mi desorden. No por rebeldía ni nada. Por soledad mas que todo. Qué patéticamente sola estoy...

Aquello de la supervivencia del más apto. Si mi propia naturaleza me empuja a la destrucción, por que no destruirme? Soy más débil que los demás. Sufro más que los demás porque soy inocente y tonta. Eso no es una virtud. No en este mundo.

En este mundo no tengo espacio.

martes, 17 de mayo de 2011

refugio



Sólo en mi desorden encuentro orden. Es como una paradoja. Talvez porque como dice Mellman estoy demasiado acostumbrada a mis modos y mis maneras y como que no quiero salir del único lugar que conozco. Aunque sea un infierno. Es MI infierno. Y ahi estoy calientita y ordenada. Ahi funciono, de mala manera pero funciono.

De pronto parece super absurdo seguir tomando el antidepresivo. No le veo razón de ser si no logro salir del círculo vicioso. Si no encuentro una ayuda que me funcione. Si no creo en poder ser ayudada o en querer serlo. Si el antidepresivo no me saca de mi depresión y al contrario me introduce en la fabulosa vida del mareito constante y de la indiferencia a todo, no le encuentro el sentido a seguir tomándolo. O bueno si. La indiferencia. Solo que tambien es indiferencia a la enfermedad.

Si me odio tanto como me odio, entonces no tiene sentido buscar ayuda. O desearla. Porque prefiero quedarme dando vueltas en mi dolor. Como las ratas que al abrirles la puerta no salen de su jaula porque ya están acostumbradas a su tortura y el exterior les da más miedo que su miseria cotidiana. Así estoy yo. No tengo a dónde salir porque la realidad es que nunca he estado en lugar diferente a este, el del dolor.

Será que todo el mundo que se deprime pasa por estas etapas? Que me avisen y me digan qué leer para saber qué mas  me espera.

lunes, 16 de mayo de 2011

setback

La semana pasada no asistí a mi terapia así que no tengo nada gracioso que contar.

Nada gracioso.

Ahi recibí un correo de la sicóloga preguntándome cuándo voy a volver y si me estoy tomando mis medicinas. Me da una verguenza horrible decirle que mi problema es Mister Map. Pero voy a tener que hacerlo. Hice una lista de posibles terapistas y creo que voy a quedarme con una que queda cerca de donde yo ensayo en Firendship Heights y que es latina y mujer. Tengo demasiadas cosas privadas que contar que no puedo hacerlo en una terapia de grupo.

Cada día es mas evidente para mi que la raíz de mi depresión está por allá en el pasado y en mi relación con mis padres. Son cosas muy dolorosas que nunca he compartido con nadie, pero que me doy cuenta de que si quiero superarlas necesito privacidad y tiempo.

Mi insomnio sigue intacto. Sólo logro dormir si me tomo el Xanax. Anoche hice el intento de no tomarlo, y el viernes también, y no dormi nada. Bueno. Dormí. Un par de horas. Y lloré en silencio otro par más. Y miré televisión otro par. Y di vueltas en la cama el par faltante.

De más está decir que hoy estoy fatal.

Es fácil entender que no es posible querer vivir dentro de mí de esta manera. Odiarme tanto que no resisto pensar en vivir cuarenta años más. Un año más. Un día más. Una hora más.

Solo la destrucción me calma. Y sé que está mal. Pero vuelvo y vuelvo y vuelvo a esa idea... Y no hay pastilla que me ayude.

miércoles, 11 de mayo de 2011

débil

Poco me ha durado mi entusiasmo.

La nube de las pastillas todo lo matiza, claro, gracias a dios porque si no, habría estado peor.

Yo siempre digo que soy muy florecita y debe ser verdad, porque igual que una florecita me espachurro de que me miren. Si se me quedan mirando mucho rato, paf! me sale un morado en el alma. Y quien sabe si hasta en el cuerpo.

Pareciera que de alguna manera muy torcida solo logro encontrar control en el dolor. El dolor es lo que me da fuerza. Cualquier tipo de dolor. Porque me cabrea. Y cabreada soy determinada. Partida por la mitad, porque cualquier cosa me hiere, voy construyendo mis paredes indestructibles pintaditas de oro por dentro.

Claro que esta vez no era mi cabecita loca la que buscaba ese dolor que me fortalece. Que fortalece mis paredes en realidad, porque yo ya estoy mas que machacada por dentro. Al menos he logrado identificar que no puedo resistir es la falta de control sobre las cosas. Eso me desespera, me hunde, me enloquece.

Como buen arquitecto no soporto la falta de estructura. Y la traición es así. Un golpe bajo a la fortaleza que uno ha construido sobre la confianza.

Las pesadillas de anoche: todas las cosas se transformaban en elfantes rojos que me perseguían por las calles para, como vampiros, volverme loca y roja y elefanta. Vaya usted a saber las cosas que piensa mi inconsciente cuando yo trato de dormir abrazada a mi almohadita.

lunes, 9 de mayo de 2011

cero

Regalitos que me trajo la depresión: mi ropa ya no me sirve!.

Voy a tener que botar medio closet y comprarme ropa nueva. Es lo que planeo hacer el próximo fin de semana. Lo cual para cualquier mujer con cotufa por cerebro es pura felicidad. Compra, compra, compra.

Pero ni tanto. En este país de gigantes tengo que comprar ropa talla cero y eso no siempre se consigue, y aveces tan sólo la ropa cara viene en esa talla 0P. Tipo cero a la izquierda... Y es que eso es lo que hace la depresión. Lo convierte a uno en un cero cero.

Talvez tendré que aceptar que toda la ropa me quede grande y punto. Si es que hay tiendas que empiezan en talla cuatro! yo ya no quiero seguir vistiéndome de adolescente por el resto de mi vida!

Uno siempre encuentra motivos para quejarse no?

Pues la buena noticia: Estoy BIEN.

Y cerebro cotuférico se acaba de comprar zapatos nuevos :)

martes, 3 de mayo de 2011

flower

Mi doctor Mellman mirándome fijamente con sus ojos azules y bondadosos me dijo que tenía que poner de mi parte. Que seguramente estaba muy acostumbrada a mi depresión y que por eso no quería encontrar motivación para hacer las cosas.

No lo sé, creo que estoy confundida. Casi siempre sólo estoy mareada y cansada o frenética y desconcentrada. No puedo pensar, ni quiero, me cansa pensar. Me cansa estar siempre dentro de mi misma. Me cansa la soledad, el silencio. Pero me atormenta la música, me atormenta la gente, me atormenta el ruido. Me atormenta todo lo que no tiene fin.

Solamente quiero dormir, dormir, dormir. Amo mis pastillas para dormir. Me las tomaría todas, para dormir eternamente. No es que quiera morir, no, solamente dormir, descansar, soñar, irme lejos, lejos.

Quisiera no necesitar nada, ni agua, ni comida, ni aire ni ropa ni gente ni amor ni nada. Quisiera estar más allá de mi corporeidad. Mi cuerpo me fastidia, me estorba.

Estar, sin pensar. Estar, sin existir, solamente ida, sin retorno, sin dolores.

Como una flor anónima a la orilla de un camino que todos transitan, que todos pisan, pero que nadie ve.