Cada vez que me estreso por algo, me asusto.
Y con el miedo vienen los pensamientos catastróficos. Absolutos. Y la espiral hedionda que me lleva al foso.
Cada vez que suena el teléfono yo me asusto. Siempre pienso que es algo malo.
Cognitivamente se que los pensamientos catastróficos son solo eso. Pensamientos. Que esa no es la realidad, que la realidad es mucho más extensa que eso. Pero el miedo acorrala y ciega y hace que uno se sienta frágil, muy frágil.
Frágil me hundo. Pero no sé cómo hacer para sentirme fuerte. Bueno. Si que lo sé. Pero también sé que lo que me hace sentirme fuerte en realidad me debilita.
Delicioso círculo vicioso, espiral horrenda. Y el silencio guardándolo todo con primoroso método. El silencio quema. Me quema.
Creo que me voy a ir a dar mis cien saltitos a ver si se me pasa...
4 comentarios:
me traume con la minita esa del jueguito O:
jajaja
me ecnata D:
jajaja, puedes venir cuando quieras a jugar con ella y hacerla caer-caer-caer :D
Ufff!! esa sensación de que te vas a partir en mil pedacitos cada vez que suena el teléfono, o se cae algo, o suena alguna canción. Me gusta más el silencio, por lo menos mis demonios están en paz.
Me apunto lo de los saltitos para esta semana, que de pronto me han empezado los accesos de pánico. :/.
Un abrazo muy fuerte.
Es horrible Rafael. Y los ataques de pánico aparecen, además, espontáneamente. O talvez es que no he logrado reconocer lo que los causa. O si. La noche. Pero no puedo luchar contra la noche. La noche existe a pesar de mi.
los saltitos AYUDAN, un abrazo gigante para ti también
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