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viernes, 8 de julio de 2011

monólogos psicoterapéuticos vi

Ayer no salí nada feliz de mi sesión con la sicóloga.

Claro, no es fácil que a uno lo confronten con las cosas que uno evita. Es mas lindo que te apoyen y que te ayuden y no que te pongan tareas difíciles y te hagan ver tus propios errores.

Porque claro, uno siempre justifica sus errores, sobre todo si son emocionales.

Bah, no debería decir que son errores, eso es autoflagelante verdad? Es volverme a criticar. Uy como me cuesta ser amable conmigo misma.

Evitar las cosas es un error? Alejarse de aquello que a uno le da miedo es un error? Por qué todo tiene que ser asertividad en esta vida? Todos los demás en plan de agresión y uno ahi moviendo los hilos de la asertividad, del balance, de la armonía, de la comunicación. Es tan difícil que a uno lo quieran porque si? Por qué hay que pedir algo tan básico?

Me aterra pedir, si. Y por eso en general no le pido nada a nadie. Porque me aterra pensar que la respuesta talvez sea un NO. porque sé que soy frágil hasta el ridículo.

Y la competitividad, por dios, que cansancio. Que cansancio. Hasta mi instructor de yoga me dijo el otro día " you are pushing yourself too hard, Adriana, and you are causing yourself a panick attack, relax...". Pero claro mijo, si lo que estaba tratando era de sacarme a mi misma de adentro sudando hasta el infarto.

Tambien me dijo al final "you are a little bit crazy, you know that?". Si, claro que lo sé. Y no es tan divertido como puede parecer desde afuera.

Agotamiento mental. Anemia total. Y cero ganas de curarse. Las palabras se han ido de nuevo todas de mi. Parece que ellas habitan sólo en el silencio secreto ese que tanto me destruye y al que vuelvo siempre porque no conozco nada más.  Como una muñeca que no tiene control sobre si misma, va mi mente por un lado y mi cuerpo por otro. O no se. Desde hace días solo reina la confusión aqui adentro. Y sigo sin poder dejar de moverme.

Estas micro convulsiones de calor cerebral a cada rato. Y la sensación de que tanta lucha no vale la pena.

Ayer me dieron frascos nuevos de mis medicinas y los panfletos con las instrucciones. Una de las cosas que dice es que uno debe seguir tomándolas aunque ya se sienta bien. Vale, yo las tomo. Aunque aveces pienso que las medicinas me ponen peor. En un estado de ausencia donde no siento nada. Los días van pasando y siento que mi corazón no aguanta más. No mi corazón espiritual. El de verdad, el que late cada vez más lento y cada vez más fuerte.

Ojalá se pare pronto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pff, hoy me toca con el psiquiatra D:
dios, que garcha

Xindansvinto dijo...

«Era arduo renunciar a creer que una flor puede ser hermosa para la nada; era amargo aceptar que se puede bailar en la oscuridad». (Julio Cortázar)

Está aprendiendo a volar y no lo hace nada mal! Un abrazo saludable.