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martes, 17 de mayo de 2011

refugio



Sólo en mi desorden encuentro orden. Es como una paradoja. Talvez porque como dice Mellman estoy demasiado acostumbrada a mis modos y mis maneras y como que no quiero salir del único lugar que conozco. Aunque sea un infierno. Es MI infierno. Y ahi estoy calientita y ordenada. Ahi funciono, de mala manera pero funciono.

De pronto parece super absurdo seguir tomando el antidepresivo. No le veo razón de ser si no logro salir del círculo vicioso. Si no encuentro una ayuda que me funcione. Si no creo en poder ser ayudada o en querer serlo. Si el antidepresivo no me saca de mi depresión y al contrario me introduce en la fabulosa vida del mareito constante y de la indiferencia a todo, no le encuentro el sentido a seguir tomándolo. O bueno si. La indiferencia. Solo que tambien es indiferencia a la enfermedad.

Si me odio tanto como me odio, entonces no tiene sentido buscar ayuda. O desearla. Porque prefiero quedarme dando vueltas en mi dolor. Como las ratas que al abrirles la puerta no salen de su jaula porque ya están acostumbradas a su tortura y el exterior les da más miedo que su miseria cotidiana. Así estoy yo. No tengo a dónde salir porque la realidad es que nunca he estado en lugar diferente a este, el del dolor.

Será que todo el mundo que se deprime pasa por estas etapas? Que me avisen y me digan qué leer para saber qué mas  me espera.

2 comentarios:

Xindansvinto dijo...

Ah, luego llegará al lugar donde el refugio dejará de tener ese significado y, entonces, creyendo que ya lo ha perdido todo (cae-cae-cae y ya toca el fondo del vacío infinito y cae-cae-cae), entonces, se encontrará haciendo otra cosa distinta, siendo otra persona diferente, ni mejor ni peor, sino otra, se encontrará más aliviada, con los mismos miedos, pero sin esa necesidad del refugio... y así, sin darse cuenta irá saliendo de la burbuja de su depresión. :)
Cuestionarse los antidepresivos en buen síntoma, lo peor es engancharse a lo que son meras ayudas transitorias. Por cierto, va a ser que el doctor Mellman sí que sabía bailar y no nos lo dijo, jajaja.

Adriana dijo...

Hola mi Xindas: Supongo que lo dices porque ya has estado ahi y confío en que lo que me dices es cierto... ahora tengo pánico de salir, pero supongo que saldré igual, posiblemente sin darme cuenta.

Buena noticia: Ya tengo cita con otra sicóloga (en español!!!). Asi que se acabaron las crónicas de la terapia de grupo surrealista, que aunque eran muy graciosas no me ayudaban para nada.

No sabes cuánto te agradezco tu presencia Xindas :)