Hay dias que no se que hacer. Es como si ahora que estoy "estable" dentro de mi medicadión, estuviese fuera de muchas otras cosas, entre ellas la creatividad o el interés por las cosas.
Como hoy por ejemplo. Desde que comí, estoy con esta sensación del corazón palpitándome a mil por hora o mejor dicho a no se sabe que velocidad porque tanto es rapido como lento, o sea a la loca. Yo se muy bien que esto es producto del lexapro y del modo no siempre igual en que el cuerpo se defiende o asimila los quimicos que uno le mete.
Entnonces empiezo a sopesar la posibilidad de salir de los medicamentos e inmediatamente me doy cuenta de que no puedo. Simplemente ni me atrevo. Los lugares donde he estado son suficientemente oscuros como para querer volver a ellos, y además segón la recomendacion del propio Mellman (mi siquiatra) no deberia dejarlos por un tiempo indefinido.
Es una especie de costumbre ya, la tristeza, aunque ya no sea depresión y yo busque cada día hacerlo brillante y productivo. la mayor parte de los días lo consigo.
Pero hay como un recuerdo, el recuerdo de lo que uno sufrió, que no es que esté siempre presente de una forma consciente, sino que está como una sombra alli, siempre con uno.
En un comercial de antidepresivos pintan la sombra en una caricatura para hacerlo menos dramático. Casi cuchi se ve. Pero no es así. En realidad no es nada lindo andar cargando con esa sombra todo el tiempo ni aprender a vivir con eso.
En realidad talvez se trate de revivir en su acepción más fundamental. Re-vivir. Volver a aprender a vivir.