Seguidores

jueves, 1 de diciembre de 2011

monólogos psicoterapéuticos xvi

Ya sé que esta foto
no tiene nada que ver pero es que
me gustó mucho la ovejita :)
Ayer mi linda Claudia me volvió a marear en ese sofá. Ella no se queda tranquila hasta que le digo -  me duele la cabeza! estoy mareada! para ya! y entonces hablamos de otra cosa hasta que me calmo y vuelve a la carga. Ella dice que el mareo me lo causa la ansiedad que me produce tener sentimientos reprimidos. Yo les juro que hasta ahora que voy a sicoterapia, jamás me hubiese imaginado que yo era una persona reprimida. Y mucho menos me hubiese imaginado que esa represión me pudiese causar síntomas físiscos tan brutales y reconocibles.

Me habló de la pérdida del yo. Y me mencionó este libro de Alice Miller que se llama "The Drama of the Gifted Child" y que plantea por primera vez la idea esta de que uno como adulto busca compulsivamente rellenar los huecos emocionales que una infancia abusiva nos deja. Alice Miller también escribió este otro libro (entre muchos), y que publicó en 2005 que se llama "The body never lies", que trata también de las enfermedades alimenticias y de cómo ellas son un reflejo de las cosas que uno ha ido reprimiendo desde la infancia.

Si bien en este momento de mi vida no podría decirse que sufro de anorexia, porque yo me obligo a comer (con lo cual lo que desarrollé fue una bulimia) revisando mi infancia y adolescencia, Claudia y yo nos hemos dado cuenta de que la sufrí durante muchísimo tiempo y desde muy niña. La primera referencia que tengo de mis problemas alimenticios se remonta a cuando tenía dos años. Mi mamá siempre contaba - un poco orgullosamente - cuando la gente le preguntaba acerca de mi flacura, que yo siempre había sido un problema para comer y que cuando tenía esa edad, ella toda preocupada llamó al pediatra y le preguntó qué hacer con mi falta de apetito. El pediatra, bien anticuado el, le respondió: no le des mas comida hasta que la pida, eso es una malcriadez de ella. Asi que yo estuve dos días sin pedir comida o agua o nada de nada. Cuenta mi mamá que cuando ya me vió dándome tumbos contra las paredes, porque no podía ni caminar, volvió a llamar al pediatra y éste le dijo que me diese un tetero para que no me deshidratase. Y ahi ella perdió toda esperanza de verme comer con apetito como a sus otras dos hijas. Eso sin hablar de las arqueadas y los regaños cada vez que arqueaba poruqe me obligaban a comer - o sea, todos los días y a todas horas -. Mi infancia, es un solo recuerdo infinito de todo el mundo intentando engordarme para dejar de estar por debajo del peso "normal" y de mi misma intentando contener el asco que me daba tratar de comer y de reprimir el movimiento involuntario que me producían las arcadas y las ganas de vomitar. También recuerdo cómo mi mamá me mostraba cada revista o artículo donde salían noticias sobre anoréxicos o de niñitos desnutridos del áfrica o de donde fuese y me decía así te vas a poner tu si no comes. Será por eso que odio que me pregunten si comí o que me digan que coma.

La pregunta de las sesentamil lochas es cuál es el sentimiento que sigo reprimiendo que me causa esta aversión por la comida o esta culpabilidad cuando como. Claudia dice que la comida es el bien fundamental del cuerpo y que cuando uno no tiene recursos para enfrentar las situaciones, pues se va a lo más básico que puede controlar, que es la comida y encuentra estructura en eso; pero que si uno llega a poder entender qué cosas le causan esos sentimientos y se da cuenta de que las amenazas fantasmales de la infancia ya no existen, uno será capaz de aprender a disfrutar de las cosas sin victimizarse. Sin tener miedo. Y entonces ya no necesitará las defensas.

Talvez si uno llegase a recibir todo el cariño que le faltó en la infancia y que le sigue faltando en la adultez, si uno llegase a ser capaz de sentir verdaderamente ese amor y no una dependencia o un ansia por rellenar un agujero de dolor, uno sería capaz de curarse de toda la confusión y distorsión educativa con la que uno crece. Y toda la disociación desaparecería, y uno encontraría su yo verdadero y encontraría también que vale la pena estar vivo y vivir... y claro está, comer.

Yo me siento mal, porque parte del probleme de tener un desorden alimenticio es querer llamar la atención y eso suele tener connotaciones negativas. Eso es lo que le enseñan a uno. No busques atención eso es de las personas egoístas. Pero resulta que a través de la terapia lo que estoy aprendiendo es justamente, que necesitar atención está bien. Y que aprender a recibirla y a disfrutarla también está bien. Yo que detesto que me atiendan, tengo que aprender a dejarme atender. La represión no es lo que cura, lo que cura es el cariño.

10 comentarios:

Xindansvinto dijo...

:)

Un abrazo saludable, pues.

Anónimo dijo...

Ay Adriana, hace tanto que no te leía y creo que debería darme más tiempo de hacerlo, me hace bien ... en fin, intentaré resumir porque me tocaste en lo más profundo ... yo fuí una niña que sin ser pobre pasó hambre porque mi mamá nos racionaba la comida ... nunca nos daba dinero o algo de lunch para la escuela porque eran tan pocas horas las que estabamos allí! ya no eramos bebés para estar comiendo a cada momento y no había cena, solo un licuado super vitaminado con un huevo crudo añadido (guácala) así que ... te entiendo,no es la misma situación pero, te entiendo tan bien!.
En cuanto a lo del cariño ... yo creo que lo primero es que una se la crea de que alguien puede amarla y es difícil cuando tu mamá (tu primer amor) te falló y si para eso se "alió" con tu papá pfff!... te pueden regalar hasta la luna y tu desconfías y quien te puede culpar? ...
En fin, gracias porque hoy hiciste que me "cayera el veinte" de cosas que no entendía ...
un beso Adri.
Aidé.

Adriana dijo...

mi querido Xindas: :) un abrazo a ti tambien

Adriana dijo...

Aide: que historia mas espantosa!

me recordaste las amenazas con llevarme a un hospital y que me metieran comida por la nariz!

Roguemos porque nosotras no le hagamos esas cosas a nuestros hijos verdad?

Un beso gigante aide! cuidate mucho!

Anónimo dijo...

Roguemos Adri, roguemos mucho!

Y ánimooo, si sobrevivimos a eso que reto en la vida nos puede vencer?

PD: Quieres que alimente a tus peces? no alimento ni a mi perico que es de carne y hueso! (pobrecito se me olvida hasta que se queda calladito entonces me acuerdo de darle ...)

soy maaala, lo sé!

kxcvxvii dijo...

Adriana, llevo mucho tiempo leyéndote desde mi google reader y disfruto mucho haciéndolo pero no me había animado a comentar por que sólo atinaría a decirte "me siento tan identificada". Y quizá es por eso que me gusta tanto leerte, por que es como si expresaras algo similar a lo que yo quiero y no he podido.

Hoy especialmente éste párrafo:
"Talvez si uno llegase a recibir todo el cariño que le faltó en la infancia y que le sigue faltando en la adultez, si uno llegase a ser capaz de sentir verdaderamente ese amor y no una dependencia o un ansia por rellenar un agujero de dolor, uno sería capaz de curarse de toda la confusión y distorsión educativa con la que uno crece. Y toda la disociación desaparecería, y uno encontraría su yo verdadero y encontraría también que vale la pena estar vivo y vivir... y claro está, comer."
Me ha gustado mucho y con tu permiso, me gustaría compartirlo con mis seres allegados, por que me parece sumamente acertado.

Espero que las cosas mejoren día con día para tí y que logres identificar qué es eso que está todavía atorado en tí que necesitas liberar.

Un abrazo muy fuerte.

Disorder† dijo...

tenemos que admitir que nos falta atención y tenemos que dejar que nos hagan cariño...



En el fondo somos gatitos indefensos.

Adriana dijo...

Aide: tu segur que vas bien con esas niñas preciosas que tienes :) y tu hermana como va??

Adriana dijo...

Musa: Me alegra muchísimo que mis textos te ayuden a clarificarte a ti misma. Si bien yo digo que este blog es para entenderdeme a mi, evidentemente hay también una ilusión de compartir esto con otras personas a quienes les pase lo mismo que a mi. Tienes todo el permiso del mundo de compartirlo con tu familia. Un abrazo!

Adriana dijo...

Disorder: tenemos, si. Y yo en particular, tengo que dejar que la rabia salga... :) besos!