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martes, 1 de noviembre de 2011

esteem

una ilustración fabulosa
de esta fabulosa blogger
En los últimos días he estado pensando mucho en los motivos y comportamientos que me han traído a mi desordenado estado mental presente.

Según mi sicóloga todas las personas tenemos un modo personal de lidiar con nuestras ansiedades. Y esos comportamientos no deben ser juzgados como buenos o malos. Son comportamientos simplemente y como todo, tienen consecuencias. Cuando uno se da cuenta de que las consecuencias de esos comportamientos son igual de dolorosas que las causas, es cuando uno empieza el proceso de recuperación.

Que bonito suena no?

La cosa es que por más que los medicamentos le proporcionen a uno un colchón para descansar de las ansiedades y de la depresión, el comportamiento a suprimir sigue siendo mucho más efectivo para manejar las emociones. La sensación de confort y de alivio que nos dan sigue siendo más grande que un anxiolítico o un antidepresivo.

Y por eso es que uno tiene que ir a la raíz de todo.

Es enorme la tarea. Bueno, yo la veo enorme. Porque a estas alturas de mi vida me veo sin autoestima. Como una hormiga delante de un elefante. Yo sé que la autoestima está overrated. Pero también es verdad que no se puede andar para siempre por la vida arrastrando la voluntad para lograr cosas que uno cree que le van a proporcionar felicidad cuando la realidad es que la felicidad (que también esta overrated por cierto) deber surgir de uno cual fuente de agua fresca y no venir de afuera cual aguacero o monzón.

Y ahi es cuando uno se da cuenta del vacío. Ese vacío que yo me niego a aceptar que existe. Pero que está ahi presente como tan solo las carencias saben estar. Comiéndoselo todo por mi. El vacío es cuando la fuente se seca o nunca tuvo agua para empezar. Y uno no tiene de dónde sacar fuerzas para enfrentarse al elefante. La fuente está cerrada, o seca, o nunca existió.

No es como que me van a sacar de mi closet tibio y al dia siguiente voy a empezar a ser asertiva. Porque tengo media vida haciendo todo lo contrario.

Yo no pretendo estar saludable ni ser normal. Por ahora lo único a lo que aspiro es a que ese elefante deje de verse tan grande o empezar yo misma a verme como una domadora de elefantes.

6 comentarios:

Julia dijo...

Tambie puedes hacerte amiga el elefante.

Un beso me alegro de volver a leerte.

Adriana dijo...

JULIAAAA

como estas!!! que linda que volviste :D

Disorder† dijo...

Dios, creo que necesito focalizarme en esto también.


Es un placer leerte Adri.

Anónimo dijo...

Cuando sepas como lidear con la ansiedad, por favor avisame (:

Adriana dijo...

Disorder, pues no creas, mi sicologa me dijo otra cosa, pero no tengo tiempo de escribir el monologo hoy, asi que sera para otro dia... cuidate! :)

Adriana dijo...

Blueberry: te juro que te aviso, a ti y a todas! besitos...