Yo como que por fin alcancé el nirvana de la terapia medicamentosa. La vida tiene colores de nuevo, y todo vale la pena. Hasta las cosas más idiotas, que no han dejado de ser tontas, han retomado su validez.
Mis cotufas pueden descansar tranquilas porque yo puedo descansar. Y puedo hacer tonterías.
La vida no es seria. Es divertida, pero a mí se me había nublado eso por completo y hasta respirar se me había hecho tortuoso.
Los pensamientos fastidiosos siguen ahi, no van a irse. Pero yo tengo el poder de hacerles caso o dejarlos ir y no hay mareíto constante que me impida ver la vida con claridad.
Y aunque solo tengo tres dias sin tomar laxantes y sé que no los voy a dejar al cien por ciento de un día para otro, ya no siento que eso es lo que gobierna mi vida.
De hecho, tengo una idea que le voy a comunicar a mi querida Claudia mañana, cuando sí tenga monólogo y puede que también sea terapéutico. Esto es, dos puntos, anotar lo que me vaya comiendo durante el día para poder darme cuenta en la noche, cuando me llegue la ansiedad, que en realidad no es tanto. También se que hay aplicaciones en el telefono donde uno puede ir haciéndolo y eso cuenta las calorías por uno; porque creo que parte del problema es que ocupo tanto tiempo en pensar lo que puedo - o no puedo - comer, o en lo dañinas que son ciertas comidas, que al final del día tengo la percepción errada de que he comido mucho. He comido con el pensamiento nada más en realidad, y la prueba es que no he engordado ni un gramo.
Asi que, pues eso. Un reality check para dejar la obsesión.
A mí no me importa obsesionarme, pero prefiero obsesionarme con cosas productivas que obsesionarme con las cotufas de mis neuronas.
4 comentarios:
Yo voto en contra del cuadernito cuenta comidas. Come y ya. Usa la sensacion de tu pancita para saber si has comido mucho o no. Eso del cuadernito, ay no, es que no... Pero ve y dile a Claudia a ver que te dice.
Soy un fastidio.
Yo voto a brios, pardiez! :D
Ya se lo dijimos, que las cosas le iban a ir mejor, que era cuestión de no abandonar la "pelea". Ahora sólo le queda la parte "complicada": abordar la terapia no medicamentosa, que culminará con un abandono definitivo de pastillas porque habrá dejado de necesitarlas. Seguro que sí.
mc: si me dejo llevar por la sensacion de mi pancita, caigo en pánico, porque esa no se sacia nunca!
no no, yo prefiero un régimen rígido.
El régimen de la srta rottenmeier :)
xindas: hoy tengo terapia, pero me niego, me niego me niego a hablar de mi niñez, hoy que no caigo en la trampa!
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