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martes, 26 de marzo de 2013

look inside

sólo puede haber una...
La últimas sesiones con mi sicóloga Claudia han sido no tan sólo super productivas si no durísimas. Y ojo, que no es porque haya tenido que enfrentarme a mis verguenzas, que no es fácil pero que a estas alturas de la terapia ya para qué avergonzarse, mejor soltarlo todo y punto, que para eso es que uno va a las sesiones.

Primero que la muy viva, decidio cobrarme las sesiones igual si faltaba, asi que ahora procuro no faltar, por lo tanto, como no me da la gana de pagar por nada, el hilo conductor de la terapia no se pierde ni yo me salgo totalmente del objetivo (que es mejorar).

La principal razón por la cual la cosa se ha vuelto más productiva es porque finalmente y gracias a la confianza que ella ha ido construyendo, estamos llegando a la raíz no tan sólo de la depresión y de mis problemas de conducta, si no también a la raíz de mi odio alimenticio, y lo bonito es que la raíz es común. Lo que no es común es la fragmentación, obvio.

El otro día llegamos a la conclusión de que mi personalidad esta fragmentada. No es como que tenga varias personalidades que no se conocen entre si, ni que sea bipolar, no. Es que hay multiples secciones en mi personalidad que actúan ajenas unas a las otras. Hay una que se encarga de comer con cuidado. Hay otra que se atraca de comida y entra en pánico y se la saca. Hay otra que se encarga de ser madre, hay otra que se encarga del sexo. Otra que es responsable y trabaja como loca y ordena y se desespera si algo no esta en su sitio. Y la bully claro, que esta dentro y no actúa ni se mueve. Es sólo juzga y habla y odia.

Entonces por ejemplo empezamos a mirar cuales son las situaciones que desencadenan que una u otra tome el mando. Poruqe por ejemplo cuando la mamá esta presente, ella manda por sobre las demás y es positiva, madura, asertiva, etc. Todos queremos que ella tome el mando de la situación. Pero eso no sucede siempre, poruqe la pobre mamá llega un punto en que se haya vacía y no puede dar más de si. Entonces en secreto se va a la cocina y comienza a buscar algo de comer para llenar ese vacío. Y va y se atraca de cuanto encuentra. Entonces la ordenada, toma las riendas y dice basta esto hay que sacárselo y va y se purga o se toma uno dos tres cinco o siete laxantes de acuerdo a la dimension del atraco. Siempre por cierto en números impares primos. No me pregunten por qué. Esto sucede claro, en secreto. Nadie lo sabe. Lo se yo, lo sabe Claudia y los pocos que me leen aqui. Esa la característica principal de las demás fragmentaciones. Actúan en secreto unas de otras y de los demás. No es que no se conozcan. Es que se ignoran y se observan entre si. EL secretismo es la clave.

A veces Claudia me dice que estoy dividida, desconectada. Que mi cabeza va por un lado y mi cuerpo por otro. Que no existe ni siquiera la intención de integrarlo. Eso es totalmente cierto. Para mí, mente y cuerpo no son una cosa, son dos. Y no tienen nada que ver una con otro. Tan sólo el yoga me ayuda a integrar esas dos cosas y por eso es casi una prescripción médica ir a las clases. Y de paso, yo odio la palabra integración.

Pero la clave la tocamos la semana pasada cuando estabamos indagando en los recuerdos de mi infancia. Todos hemos tenido infancias más o menos duras que nos modelan de un modo u otro. El punto es que en la mía hubo factores que me obligaron a desligarme de mi misma y a dejar de esperar ser tomada en cuenta. Es duro decirlo. Mas duro aún aceptar que eso fue así porque es super injusto y uno no quiere poner a sus padres en la silla de los culpables. Uno quiere querer a sus padres y perdonarlos por sus errores o aceptarlos como fueron.

Para poder hacer eso hay primero que aceptar y entender que la injusticia nos dolió y nos moldeó como somos. En mi caso hizo que sus necesidades constantes de reafirmación y cuidado por mi parte hicieran que yo identificase conscientemente el amor con abuso y como aquello era absurdo y las mías no eran atendidas, y para todo existe un balance, en mi inconsciente me rebelé. Y me rebelé buscando impedir que nada de lo que ellos me ofrecían entrara dentro mi. La traducción física era la comida, claro. Las comidas eran un suplicio lleno de amenazas de internarme y meterme un tubo por la nariz para engordarme. Era horrendo siempre, pero era mi momento de gloria donde yo lograba la atención que necesitaba. Aunque fuese en forma negativa.

Claudia dice que cuando uno bloquea una emoción, en realidad uno bloquea todo. El bloqueo no es selectivo. Si uno bloquea algo malo necesariamente se bloquea lo bueno también. Y por lo general claro, el bloqueo es una reaccion de defensa ante algo que amenaza o duele. Después es que uno va por la vida todo bloqueado y buscando encontrar una relacion que abra el baúl del bloqueo pero escogiendo inconsientemente a las personas que justamente serán incapaces de hacerlo.

Y ahi es que viene lo difícil. Porque intentar dejar entrar lo bueno, supone dejar salir todo lo bloqueado e irlo sintiendo poco a poco. Por eso Claudia tiene un cuidado infinito cada vez que abrimos algo y paramos en cuanto yo me mareo o me pongo ansiosa. Solo me deja llorar un poquito, me hace ver que se va prontito y despues me deja con alguna reflexión de positivismo. Va cambiando con una paciencia admirable la pobre, todo el fango que llevo guardado y va limpiando y poniendo flores aquí y allá.

Talvez algun día logre llenar mi casa de flores y de luz y ya no sienta la necesidad de sacarme toda la mierda de dentro verdad?

7 comentarios:

Unknown dijo...

I'm gonna kidnap your psychologist :P Gracias por el comentario.. cada vez estoy más perdida y la verdad es que todo lo que la gente me dice (o la mayoría, los que entienden) es bastante constructivo. Cuidate mucho Adri :)

Xindansvinto dijo...

Va bien, va bien... Querida Chase: Usted se va a ganar no ya el reino de los cielos (tal vez también, pero es que dudamos de su existencia) sino el cielo de los reinos (esa satisfacción de completitud lograda por sí misma). Y es que no sabe usted la de gente que en su cotidianidad ni intuye siquiera por donde fue que comenzó a ser infeliz, ni (y esto es lo más grave) permite que este tipo de reflexiones le desdibujen su mundo falso perfectamente asimilado, por aquello tan tonto de más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer... Salud y suerte, Adriana!

Z. dijo...

Tienes una manera de escribir tan sensible, tan emotiva, tan real, que una se convierte en palabras tuyas al leerte.
Que maravilloso es conocerse, conocer la herida, verla y querer sanarla, querer cuidarse un poco, y dejar de golpearse donde ya duele.
Yo creo que somos muchos/as en uno/a, y poder aceptar eso, que soy la histérica, la callada, la gritona, la llorona, la insensible, etc. etc. es precisamente ser capaz de vivir en paz con todo lo que uno/a es, de elegir qué somos realmente de todo eso, y cuáles son máscaras que queremos quitar. Y no es que vayan a desaparecer nunca, pero al menos, llegaremos al punto en qué tendremos la fuerza, y la conciencia para elegir si vamos a usar la máscara de siempre, o vamos a probar una actitud nueva.

Eres una mujer llena de valor y fuerza. Todo llega.
Un abrazo.

Emilia dijo...

Pues que buena psicóloga te has conseguido, ya sea indagando en lo más profundo y reconfortándote, se ve que está haciéndote sentir mejor que es lo que se busca con la terapia, así que espero que en poco tiempo nos cuentes como todas estas piezas han confluído para formar una Adriana que sea feliz. Besos

Anónimo dijo...

Claudia te sedujo.
Uno de los ganchos manidos del oficiante de seductor o galán de barrio es decirle a una mujer que ella en realidad es dos mujeres.
el truco tiene variantes pero en todas sirve para lograr el autoconsentimiento moral de la hembra deseada, que se de el permiso para ejercer el horizontal placer.

Sexo en el diván o Psicoanálisis en la cama, he ahí el dilema.

Por cierto, espero que el omitir la P del oficio de Claudia sea un asunto ortográfico y no un acto fallido, porque recuerda:

Una Psicóloga sin P es una estudiosa de los higos, no del alma.

El escéptico funcional

Anónimo dijo...

Tu blog es uno de mis preferidos porque tu manera de redactar tu/tus "problema/problemas" me ha resultado la aceptación de la experiencia de vivir como un acto fuera de las instituciones sociales, aunque salir de las instituciones quizá sea el mayor paradigma, qué más da, es la sensación que en mi produce. En última instancia, cuando describes la relación con tu psicóloga siempre me ha parecido la narradora de Adriana, espero sinceramente, que sea el inicio de algo nuevo, donde te narres por ti misma.

Ápeiron dijo...

Tu psicóloga es buena, muy buena.
Es lo más lindo tener respuestas claras en nuestra cabeza tan jodida,
a veces me siento como vos, creo que estoy identificada con la parte de fragmentación de uno, soy muchas...
Suerte con todo lo que te propongas, ahora podrías abrir las ventanas y compras flores, que dices?

HUGS<3