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dibujar, por ejemplo |
Lo primero que voy a hacer en mi paranoica entrada de hoy es enumerar las cosas que me quiero prohibir y las que me puedo permitir.
Puedo: zanahorias, manzanas, blueberries, raspberries, fresas, pepinos, calabacin, tomates, brocoli, queso blanco, leche descremada y cafe. Ah y claro, agua, y coke zero.
NO PUEDO, NO DEBO, ES PECADO MORTAL: todo lo demas.
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El único modo que encuentro de paralizar a mis paranoias es ocuparme las manos. literalmente hacer manualidades, como los locos. O yoga. Pero claro, no puedo estar haciendo yoga todo el dia, asi que apenas tengo un rato libre, debería -y digo deberia porque no siempre lo hago- debería dedicarme al trabajo manual.
Lo difícil de esto es el agotamiento. Sobre todo al final de un dia lento e la oficina, cuando he tenido mucho tiempo de pensar y rumiar mis obsesiones. Porque entonces el agotamiento es tal que no quiero dedicarme a nada manual sino todo lo contrario.
Y es que el problema de las obsesiones, según mi sicóloga, o debería mas bien decir de MIS obsesiones, es que pienso mucho. Las mastico eternamente y las miro por todas partes. Como si no pudiese estar segura de que las he visto correctamente cientos de millones de veces. Escencialmente poruqe no confío en mi propia percepción.
Pero cuando por providencia divina consigo silenciar las voces y dedicarme a alguna actividad que consuma toda mi concentración, realmente descanso y me siento mejor. No por ello cuando la actividad se termina, lentamente regresan las voces con su espesura y su peso horrendo.
Lo innegable es que es mas facil afrontarlas descansada que cansada. Asi que, queridas amigas, a hacer manualidades como las abuelitas y a tomarse la medicina y a dormir.