Anoche tuve un sueño de esos reveladores y Jungianos. Se los voy a contar por aqui junto con la historia que lo acompaña a ver qué opinan. Ya yo sé lo que creo que quiere decir y es buenísimo, pero igual es bueno escuchar opiniones de otros/as verdad?
Primero explicar la historia que lo acompaña.
Cuando yo tenía trece años viví el trauma de quedarme sin vivienda. Mis lindos papis que eran un par de irresponsables y que no se comunicaban entre si, se hicieron los ciegos y el día llegó en que apareció un tribunal en la casa y tuvimos que meter nuestras cosas en una maleta y mi papa lloró y despues desapareció y mi mamá (que estaba en el trabajo) no se enteró de nada hasta que la llevaron a un sicólogo y el sicólogo le dijo lo que estaba sucediendo. A nosotras nadie nos llevó a un sicólogo claro. A nosotras (mis dos hermanas y yo) nos dejaron en el apartamento de la playa, en una isla, solas por nuestra cuenta durante un mes o dos. Eso no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es ver a estos hombres metiendo todas nuestras cosas en bolsas y llevándose los muebles y a nosotras salvando las vajillas y las cosas que podían romperse y eran valiosas y llevándolas a la casa de los vecinos (que por suerte estaban de vacaciones) porque que la señora de la limpieza nos permitió llevarlos alli mientras tanto. También recuerdo (y les cuento que tengo un mareo impresionante al escribir estas cosas), que aquella noche no teníamos ni idea de dónde íbamos a dormir, y que mi papá como siempre a eso de las cuatro de la tarde se fue al bar a beber y que cenamos pollo frito en una cadena de restaurantes de estos de comida rápida (el tropiburger de los palos grandes) con mi mamá y que después dormidos amuñunadas en un cuarto en el apartamento de los vecinos. Ni mi abuela ni ningunos de mis tíos apareció por ahí y yo todavía no me entero de por qué. Ni de porqué no nos quedamos con ellos en lugar de irnos solas al apartamento de la playa. En fin. También recuerdo que yo no me atrevía a llorar. Me daba pánico de que si empezaba a llorar, todos nos íbamos a desmoronar y eso no le iba a hacer bien a nadie. Así que ahí nadie lloró. O talvez mi mamá si, no me acuerdo. Mi papá llegó a eso de las dos de la mañana, bebido como siempre, y yo no entendía cómo era posible que la vida continuase sucediendo y el tiempo siguera transcurriendo como si nada.
Al día siuiente se suponía que nos íbamos a Margarita (la isla) con la señora de servicio que había estado con nosotras durante tanto tiempo. Pero mientras esperábamos el autobús que nos iba a llevar nos dimos cuenta de que ella no iba a llegar y nos fuimos con mi papá. Del viaje hasta la isla no recuerdo absolutamente nada. No sé si nos fuimos en autobús o si mi papá manejó. No recuerdo nada. Sí recuerdo que la noche que llegamos, vimos drácula en la televisión y que yo por primera vez en mi vida dormí como si me hubiesen dado un martillazo en la cabeza. Es decir, cerré mis ojos y al abrirlos dos segundo después, ya era de día. También recuerdo que después de mudarnos, una noche de insomnio, mi mamá me dijo llorando, que yo tenía la culpa de todo lo que había sucedido, porque no le avisé lo que estaba pasando. (no comments)
Toda esta introducción larguísima es para que podamos comprender mi sueño de anoche.
En mi sueño, estábamos mis papás y yo en el apartamento nuevo de después de la debacle. Era una combinación claro de todos los apartamentos anteriores, pero el asunto importante es que estaba desordenadísimo. Como si al mudarnos hubiésemos colocado las cosas de cualquier manera y allí se hubiesen quedado sin que nadie las tocase por mucho tiempo. Todo lleno de cosas por todos lados, adornos, fotos, mesas, muebles, periódicos, de todo. Mis padres seguían haciendo su vida de negación en forma usual y yo no soportaba más aquel apartamento tan pequeño y abigarrado de cosas y sentía que me ahogaba. Asi que le decía a mi mamá - mamá ya basta de acumular cosas, parecemos
hoarders viviendo así. Así no se puede vivir, tenemos que botar todas las cosas que no usamos y guardar todas las que están afuera en su lugar para que podamos tener espacio. Y a sabiendas de que nadie me iba a ayudar porque aquello seguramente les iba aparecer una empresa tremenda e imposible de conseguir, me puse a ordenar yo sola (como siempre). Y fui vaciando, y vaciando y vaciando el apartamento, y ordenando y limpiando hasta que encontré una puerta que pensé en principio que era un clóset. Al abrir esa puerta me dí cuenta de que habían otras tres habitaciones, ordenadísimas y enormes y con ventanas llenas de luz. Alguien en algón momento la había cerrado y nadie más la había vuelto a abrir. Yo me alegré muchísimo pues me sentí finalmente desahogada de haber habitado siempre el mismo lugar y haber descubierto que existían otros lugares y otras cosas y que además estaban ahí mismo, en mi casa. Entonces llamé emocionadísima a mis papás y a mis hermanas y les mostré las habitaciones, y los salones que había encontrado que además tenían camas suficientes como para la familia entera y dos baños más y una habitación de bebé lindísima, como para poner allí a un bebito o una bebita. Y todos nos alegramos mucho y nos sorprendimos mucho de descubrir que todo aquello estaba alli y que nunca lo habíamos usado antes.
Eso es todo. Feliz fin de semana para todo el que me lea. Como yo siempre digo, parezco de librito...